NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...

domingo, 16 de enero de 2011

Caracas de Ayer, de hoy y de Siempre

Caracas de antaño. Esquina de Gradillas
Napoleón Pisani Pardi

    Es el título que elegimos para éste programa de visitas guiadas por algunos lugares de interés del centro y los espacios circundantes de la metrópolis, y que dedicamos a la memoria de Raúl Santana., un extraordinario Cronista Plástico de Caracas. Lugares de gran importancia histórica, artística, arquitectónica y espiritual, que existen en ésta ciudad capital. Tan rica en sucesos de toda índole, y tan necesitada de atención y de respeto por parte de los habitantes de ésta desordenada urbe. El pasado le solicita al transeúnte detenerse para darse cuenta, aunque sea por un instante, que lo envuelve la historia.
    Cuatrocientos cuarenta y cuatro años han trascurrido desde el momento en que Diego de Losada fundara a Santiago de León de Caracas, la ciudad embellecida y protegida por ese inmenso y hermoso monumento natural que es el cerro del Avila. Ciudad retratada en una pintura colonial, “Nuestra Señora de Caracas”. Aquella imagen aparece suspendida en el aire, y en actitud de protección sobre la ciudad, que ya ha sobrepasado las veinticuatro manzanas de aquel conocido plano de 1578, mandado a hacer por el gobernador Juan de Pimentel.
El Ávila visto desde el Country Club
 Oleo de Manuel Cabré

    Si el transeúnte aminorara sus pasos y observara, con detenimiento, las arquitecturas que rodean la plaza, y observara también, los relieves conmemorativos adosados en los muros de algunas de estas arquitecturas. Si se interesara por entrar al Museo Sacro; a la iglesia Catedral; y a la Capilla Santa Rosa de Lima; al Museo Raúl Santana; a la Sala de los Pendones; al Museo Emilio Boggio; a la Sala Dorada y al espacio donde están las maquetas de Ruth Neumannn, éstos últimos seis espacios pertenecientes al Concejo Municipal de Caracas, podría rememorar unos cuantos episodios de nuestra historia que sin duda, le ayudarían a despertar en él un sentido de pertenencia, que le permita valorar con propiedad esos importantes espacios.
    No se puede amar lo que no se conoce. Es menester, entonces, pasearse con entusiasmo por la historia que está por todos lados de la ciudad: en las grandes y pequeñas obras, en los detalles que esperan ser encontrados y valorados adecuadamente, como esa hermosa aldaba de una vieja puerta en La Pastora, que un artista artesano, de hace ya mucho tiempo, creara con la mayor devoción y amor por su trabajo.
    Los nombres de las esquinas nos señalan, también, un sin fin de hechos ocurridos en la ciudad. Esas denominaciones son expresiones del ingenio popular que dan fe del carácter y la imaginación del caraqueño. Así nos lo hizo saber Carmen Clemente travieso en ese delicioso libro suyo titulado “Las Esquinas de Caracas”.
Monumento al Libertador en la Plaza Bolívar de Caracas

    Pero volvamos a la Plaza Mayor, nombre original de la Plaza Bolívar, lugar donde se alzaban los cadalsos y las picotas durante la colonia, y donde igualmente se llevaban a cabo corridas de toros en los días de Santiago, Santo Patrón de la ciudad, y era también, lugar de presentación de obras teatrales, y sitio donde de vez en cuando funcionada un mercado. En ésta Plaza Mayor fue ahorcado el patriota José María España en 1799. Manuel Gual, su compañero en aquella famosa conspiración de 1797, sería envenenado años después en Trinidad.
    En éste corazón de la ciudad, un Viernes Santo de 1802 se escuchó por primera vez el “Popule Meus” de José Angel Lamas. Esa música sacra salía de la Catedral para ungir, con el mayor fervor, los cuerpos y los espíritus de todos los creyentes de aquella pequeña ciudad colonial. Ocho años después, un Jueves Santo, el Capitán General Emparan renunciaba a su cargo, y firmó, sin saberlo, la partida de nacimiento de Venezuela. Esos sucesos del 19 de Abril de 1810, están plasmados en un conocido cuadro de Juan Lovera que se encuentra en la Capilla Santa Rosa de Lima, del Concejo Municipal de Caracas. Allí también está del mismo autor, el cuadro titulado “El 5 de Julio de 1811”. Cuadros de importancia documental y artística, pues Lovera fue testigo presencial de aquellos dos sucesos. En éste segundo cuadro aparece Miranda, un hombre ya mayor, de 61 años, canoso y con el abdomen abultado, nada que ver con aquel Miranda idealizado por Martín Tovar y Tovar en su pintura “La Firma del 5 de Julio 1811”.
Martín Tovar y Tovar. Firma del Acta de la Independencia del
5 de Julio de 1811
 Ese cuadro se encuentra en el Salón Elíptico del Palacio Federal. En la parte alta de éste Salón se puede apreciar, del mismo autor, “La Batalla de Carabobo”, obra de más de cuatrocientos cincuenta metros cuadrados, trabajo que tanta admiración le produjo al pintor mexicano David Alfaro Siqueiros, que al contemplar la obra dijo: “Es la pintura monumental más importante de la América Latina”.
    Hay muchas historias en todos estos espacios privilegiados por las circunstancias más disímiles, que es necesario dar a conocer a las personas de todas las edades. Bueno y emocionante es armar ese inmenso rompecabezas que es la historia, donde todo se relaciona con todo, donde todo se explica y nos explica. Donde la realidad es más interesante que cualquier libro de cuentos y aventuras. Las andanzas del general Rafael de Nogales Méndez son más extraordinarias que las de cualquier héroe de ficción. Igual de extraordinarias fueron las marchas de centenares y miles de kilómetros de nuestros ejércitos libertadores, como igualmente extraordinarias fueron los actos de valor de los hombres y mujeres que combatieron en tantas batallas durante la Guerra de Independencia y la Guerra Federal. También es interesante saber que los piratas ingleses que comandaba el capitán Amyas Preston, fue enfrentado por un solo hombre, el legendario Alonso Andrea de Ledesma, una especie de caballero andante, que murió valerosamente en ese encuentro con los piratas, cuando éstos entraron a Caracas en aquel año de 1595.
José Antonio Páez

    La Plaza Mayor, llamada también Plaza de la Catedral y Plaza del Mercado, recibiría el nombre de Plaza Bolívar en 1842, cuando, bajo el segundo gobierno de Páez, los restos del Libertador serían trasladados de Santa Marta a Caracas. Una ordenanza de aquel año decía que se colocaría una estatua ecuestre de Simón Bolívar en ese lugar. Ordenanza que nunca se cumplió.
    Esa estatua del Libertador, por decreto del Presidente Antonio Guzmán Blanco en 1872, sería inaugurada dos años luego de ese decreto. Esa obra del escultor italiano Adamo Tadolini, es una copia fiel de la estatua, del mismo autor, que se encuentra en la plaza principal de Lima, Perú. Ante ese monumento en honor a Bolívar en Caracas, llegó José Martí en 1881, “sin sacudirse el polvo del camino”, para rendirle homenaje al Padre de la Patria.

"Gardel" Marisol Escobar
    En pleno centro de Caracas, en el Teatro Principal, vino Gardel a cantarle a sus habitantes. Eso fue en 1935, poco antes de morir en aquel trágico accidente aéreo ocurrido en Medellín. Hoy existe un monumento para honrar su memoria, realizado por la artista Marisol Escobar, que está en Caño Amarillo, donde llegó Gardel en el tren inaugurado en 1883 por Guzmán Blanco, cien años después del nacimiento del Libertador.

Catedral de Caracas
    Volvemos a insistir en que es menester darle una mirada atenta a las arquitecturas que rodean la Plaza Bolívar. Entre esas arquitecturas sobresale la Catedral de Caracas, monumento que está lleno de historias y recuerdos. Fue frente a éste templo donde el patriota Francisco Salias detuvo a Vicente Emparan y lo obligó a volver al Cabildo, para así cambiar la historia del país.
    En una de las capillas de la Catedral, reposan los restos de los padres y la esposa del Libertador. En su última visita a Caracas, Bolívar emitió un decreto para que se hiciera un monumento en éste lugar, el cual vino a ser realidad durante el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. Ese monumento fue realizado en Toledo, España, por el escultor Victorio Macho, y representa el alma del Libertador ante sus padres y su esposa. Este artista español, es también el autor de la cabeza de Bolívar, realizada en bronce, que se encuentra en la Plaza Caracas.
Plaza Caracas

    En la capilla de Nuestra Señora del Pilar está la obra inconclusa “La Ultima Cena” del pintor Arturo Michelena. Y tiene al frente una obra, de autor anónimo, que tiene como título “Un descanso en la huida a Egipto”. En este recinto están sepultados casi todos los Arzobispos de Caracas.
    En las otras capillas de la Catedral, también existen retablos, pinturas e imágenes religiosas, de bulto y de vestir, de gran belleza y calidad artística. En la capilla Nuestra Señora del Pópulo, donde reposan los restos de Monseñor Diego y Baños Sotomayor y su famoso sobrino el historiador Oviedo y Baños, hay una obra de Juan Pedro López, el mismo autor de una pintura de las Animas Benditas, que está en la capilla de Santiago Apostol. También es del mismo artista la imagen de La Fe, realizada en bronce, que corona la torre de éste templo Caraqueño.
Óleo de Juan Pedro López

    La capilla de San Pedro tiene dos altares: el de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, y el Altar Mayor de San Pedro. A la derecha de éste altar existe una escalera que da hacia la cripta de la Cofradía de San Pedro, a la cual perteneció la élite de la sociedad caraqueña de entonces, que tenía allí su propio cementerio. Se supone que los restos de Monseñor Mariano Martí, quien confirmó al niño Simón Bolívar, se encuentran en éste lugar, que sólo se puede visitar entrando por el Museo Sacro.
    En la parte superior del Altar Mayor de la Catedral, se puede apreciar algunas obras de Antonio Herrera Toro y Lucio Rivas. De Herrera Toro hay también dos obras más en una de las capillas de la iglesia: “La Caridad” y “Santa Rosa de Lima”. Y en la capilla que está al final de la nave derecha, está sepultado Monseñor Jesús María Pellín, quien fuera Deán de la Catedral y el más famoso director del diario “La Religión”. En la pared de éste lugar se encuentra un boceto al carboncillo de Tito Salas, titulado “La Expoliación de Jesús”, donado por la Señora Carmen Ramírez de Salas, la viuda del pintor.
Interior del Museo Sacro de Caraca
    Ahora nos dirigimos al Museo Sacro, construido en los terrenos donde funcionó el antiguo cementerio de la Catedral de Caracas. En este lugar podemos encontrar un osario donde se colocaban los restos óseos para hacer lugar en el cementerio. Y en el jardín, se pueden ver algunas lápidas, entre ellas las del Obispo Diego y Baños Sotomayor y el Obispo Mariano Martí.
    Este museo se abrió al público en 1993, y en sus espacios existe una importante colección de imágenes religiosas coloniales, de bulto y de vestir. Algunas de estas piezas fueron creadas por Juan Pedro López, abuelo materno de Andrés Bello, y por otros excelentes artistas artesanos del pasado como Antonio Hernández Prieto y Javier Flores.
    Cálices, portaviáticos, candelabros, palmatorias y custodias, son, también, piezas magníficas de orfebrería que enriquecen la colección de éste pequeño, pero excepcional Museo Sacro, ubicado al frente de la Plaza Bolívar.
    La Casa Amarilla, en la que se instala Cipriano Castro luego del triunfo de la Revolución Liberal Restauradora, fue el lugar donde Castro se arrojó del balcón que da hacia la esquina Principal, cuando el terremoto de 1900. Sólo sufrió contusiones en una pierna y en su dignidad.
Iglesia de San Francisco, Caracas
    De otro balcón de ésta casa, que está frente a la plaza, se asomó el Capitán General Vicente Emparan para escuchar el repudio de los caraqueños en abril de 1810. Este edificio, tan repleto de historias, simbolizó en cierto tiempo el poder político del gobierno de Antonio Guzmán Blanco.
    La iglesia de San Francisco, donde en 1813 se le dio el título de Libertador a Simón Bolívar, posee la colección más representativa de los retablos coloniales, así como unas cuantas obras de Juan Pedro López, y otras piezas de carácter litúrgico de la época colonial y republicana. Frente a la iglesia se encuentra la famosa Ceiba de San Francisco, sembrada, según la historia popular, por el Dr. Vicente Manzo.
Panteón de Caracas
    Los mejores testimonios de la vida de la Caracas de Ayer, de Hoy y de Siempre, los encontraremos por todos los lugares donde a diario transitamos. Estos espacios emblemáticos como la Casa Natal del Libertador; el Museo Bolivariano; la Colección Numismática del Banco Central de Venezuela; la Casa de Nuestra América José Martí; la Casa de la Historia de la Fundación Polar; el Museo de la Fundación John Boulton; el Panteón Nacional; el Museo Arturo Michelena; el Cuartel San Carlos; el Salón de la Patria del Palacio Blanco; están todos muy cerca, unos con otros, y muy unidos al caraqueño que estima su ciudad, la ciudad que el personaje que más la amó, como lo fue Enrique Bernardo Nuñez, la bautizó con el nombre de “La Ciudad de los Techos Rojos”.
M. Cabré. "El Ávila desde Blandin"




 Pues así era ésta capital hasta hace pocas décadas, ese color predominante en la cubierta de sus casas, “era como un mar rojo visto desde el Avila, o desde lo más alto del vuelo del avión de juguete de Frank Boland”, como lo dijo en mi presencia un día, aquel extraordinario venezolano que fue Teobaldo Mieres, conocedor de todos los oficios, y con una inmensa e inextinguible vocación de servicio hacia el país.
    Pero más allá del casco central de ésta ciudad, existen muchos otros espacios que son emblemas de la cultura nacional. Todos esos sitios es necesario visitarlos, tanto los más conocidos, como aquellos lugares omitidos por la ceguera oficial, o por la indolencia ciudadana, o porque la sencillez de una apariencia exterior, no motiva al transeúnte desprevenido a detenerse para apreciar y valorar su significado arquitectónico, o artístico, o histórico, o espiritual. Esta Caracas de Ayer, de Hoy y de Siempre, nos invita a recorrer sus espacios, sin excluir lo menos publicitado, y con aquella emoción propia de los poetas como Antonio Pérez Bonalde, Andrés Eloy Blanco, Aquiles Nazoa, y muchos otros más, que la amaron entrañablemente, pues conocieron su historia, su geografía, su música, sus personajes populares, el sabor de la cocina caraqueña, y apreciaron, también, los aromas a jardín que ungían, con gran delicadeza, las apacibles noches de aquella ciudad de los techos rojos.
 La Ciudad de Caracas

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Publicado en la Revista Institucional de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas. Año 8, Nº 14 - Febrero 2012.

miércoles, 12 de enero de 2011

LOS OTROS HABITANTES DE LA CIUDAD

Napoleón Pisani Pardi

Emilio Gariboldi, 19 DE ABRIL DE 1810.

    Ese es el título que se nos ocurre darle a todas esas obras escultóricas que están situadas en los más diversos lugares de nuestra ciudad capital, y que han sido realizadas en mármol, cemento, terracota, madera, bronce, hierro, resina, etc., por muchos artistas venezolanos y extranjeros, los cuales han enriquecido con esos trabajos algunos espacios de la gran Caracas, Venezuela.
    Fue en el siglo XIX, luego de nuestra independencia de España, cuando la ciudad comenzó a poblarse de estatuas dedicadas a nuestros próceres militares y civiles y alguno que otro educador, científico, escritor, descubridor de nuevas tierras, o en reconocimiento de algún artista o imagen religiosa o personaje mitológico o de un ser perteneciente a la fauna nacional.
    A medida que la urbe crecía en habitantes y geográficamente, se hacía necesario colocar estatuas de esos elementos paradigmáticos en los espacios abiertos de la ciudad o dentro de las instituciones académicas, hospitales, museos y arquitecturas religiosos o militares.  También nuestros cementerios se llenaron de esculturas, algunas de ellas realizadas por excelentes artistas. El Cementerio General del Sur es un ejemplo de ello, donde a cielo abierto, podemos encontrar magníficas creaciones de Andrés Pérez Mujica, Francisco Narváez, Emilio Gariboldi, Pietro Ceccarelli, Lorenzo González, Abel Vallmitjana, Germán Carrera, Angelina Curiel, Eloy Palacios y Angel Cabré y Magriñá y de muchísimos otros artistas que, desafortunadamente, no sabemos sus nombres.
    Es esa una importante colección de la vieja necrópolis, que no ha podido destruir de un todo la acción nefasta del vandalismo, la apatía y la ignorancia del oficialismo, que ha permitido que buena parte de ese significativo legado artístico se haya perdido para siempre.
    Estos otros habitantes de la ciudad son presencias, que como todo ser viviente, cambian de domicilio o desaparecen o mueren. Quienes se han paseado por las páginas de la revista El Cojo Ilustrado (1892-1915), tiene que haber visto la fotografías de los sitios donde originalmente fueron colocados estas presencias itinerantes, que la torpeza de los organismos oficiales no atinan a colocar debidamente en sus nuevas y siempre cambiantes direcciones, a estos expectantes, silentes y extenuados símbolos, ya no de un heróico pasado, sino del presente de una urbe que desprecia los valores del arte y de la historia.

Carmen Cecilia Caballero de Blanch
TERESA DE LA PARRA.
Parque Los Caobos.

    Caracas ha sido, luego del infortunado golpe de estado al Presidente Isaías Medina Angarita, una ciudad que empezó a crecer desordenadamente. El democrático gobierno  de Medina comenzó en 1942 el más brillante proyecto de reurbanismo con la construcción de los bloques del El Silencio. Ese proyecto de Carlos Raúl Villanueva armonizaba con las necesidades de crecimiento de Caracas y con los anhelos del ser humano por disfrutar de los sitios de recreación cercanos a sus viviendas. La Plaza de la Fuente de las Toninas, donde están las famosas esculturas de Francisco Narváez, es un claro ejemplo de ese sincretismo entre arquitectura y espacios de esparcimiento para los citadinos.

Lo que quedó del monumento en homenaje
a Colón, en Los Caobos.

    En 1947 dejaron de funcionar los tranvías en la capital. Eso pareció vaticinar el comienzo de la destrucción de la ciudad de los techos rojos. Aquella Caracas que tanto amó Enrique Bernardo Núñez y donde las estatuas aún permanecían en los sitios en que se habían colocado por primera vez  y eran consideradas como un miembro más de las comunidades caraqueñas. Luego y debido a la desordenada transformación de la ciudad las estatuas empezarían a ser mudadas de lugar. Otras desaparecerían, como muchos años antes sucedió con el  busto de Arturo Michelena, obra del artista chileno Virginio Arias que había sido condiscípulo de Michelena y Cristóbal Rojas en la Academia Julian en París. Este busto fue colocado en los jardines del Palacio Federal en 1907 y hoy nadie sabe de su paradero. Algunas más fueron derribadas por la irracionalidad de un pase de factura vandálico. Nos referimos a las dos estatuas de Cristóbal Colón.
    Una colocada al final de las escalinatas de El Calvario, obra del artista Giovanni Turini, y la otra situada en el Parque Los Caobos, del gran escultor venezolano Rafael de la Cova.
    También en la segunda mitad del siglo XIX fueron derribadas, y en dos oportunidades, las estatuas de Antonio Guzmán Blanco, que el pueblo bautizó jocosamente con los nombres de El Saludante y El Manganzón. Juan Esteban Linares, constructor del pasaje del mercado que lleva su nombre, cuando derribaron las estatuas del ilustre americano, recogió la cabeza de la que se hallaba en El Calvario, y adornó con ella el jardín de su casa. Una mano de El Manganzón y el torso de El Saludante, se encuentran en el museo de la Fundación John Boulton. La cabeza de El Manganzón está en la Galería de Arte Nacional.
    Otra obra desaparecida es el Balzac de Augusto Rodin, que estaba en la Plaza Balzac del otrora Ateneo de Caracas. Como también desaparecieron los hermosos venados de bronce que se encontraban en la Plaza La Estrella de San Bernardino, y la escultura de Savesio Palezzi, titulada “Narciso”, que estaba en la Plaza Madariaga, en el Paraíso. Es larga la lista de las esculturas desaparecidas, y es larga, también, la lista de las obras vandalizadas por la acción de los malos ciudadanos. Como larga, asimismo, la lista de las esculturas deterioradas por la intemperie y la falta de mantenimiento. Casi todas las obras que se encuentran en el Jardín de las Esculturas del Colegio de Ingenieros de Venezuela, están sumamente dañadas. Igualmente, en mal estado, están cuatro de las siete esculturas colocadas en el Parque Francisco de Miranda, antiguo Parque del Este. Obras de Lorenzo González, Narciso Debourg, Jesús Soto, Emilio Gariboldi, Andrés Pérez Mujica, Savesio Palezzi, Carlos Cruz Diez, Marisol Escobar, Paganucci, Francisco Narváez, Beatriz Blanco, Edgard Guinand, Cruz Alvarez García, Alejandro Colina, Pietro Ceccarelli, Colette Delozanne, y muchísimas obras más, han sido víctimas del vandalismo, y la ignorancia, la desidia y el antiparabolismo, de los organismos encargados de cuidar nuestro patrimonio artístico.

    Son quizás Emilio Gariboldi y Angel Cabré y Magriñá, los artistas extranjeros que se establecieron en Venezuela a finales del siglo XIX, los que más obras, y de excelente calidad, realizaron en el país. Gariboldi llevó a cabo muchas obras por encargo de particulares y de los organismos oficiales de la nación. Cabré y Magriñá, igualmente aceptó encargos de esas instituciones oficiales y de particulares. Asimismo, y por varios años, ocupó la cátedra de escultura en la Academia Nacional de Bellas Artes en Caracas.


    Pietro Ceccarelli, Hugo Daini, José Pizzo, Fernando Valero, Victorio Macho y Abel Vallmitjana, fueron también escultores extranjeros que crearon muy buenas obras en el país, que se pueden apreciar en varios espacios públicos de la ciudad. Esculturas bajo cielo abierto, o dentro de algunas instituciones públicas o privadas de Caracas, y que puedan ser visitadas por todas las personas, son las que nos interesan registrar en éste trabajo acerca de esas creaciones artísticas. En éstos lugares también podemos apreciar realizaciones de artistas extranjeros que nunca visitaron el país, como Adamo Tadolini y Pietro Tenerani, que fueron creadores de los arquetipos escultóricos de la fisonomía de nuestro Libertador. Eso despertó en la población sentimientos de afecto y admiración hacia esos dos artistas que llevaron a cabo excelentes monumentos en honor al Padre de la Patria.
    Pedro Basalo, Alejandro Colina, Marisol Escobar, Beatriz Blanco, Santiago Poleto, Nicolás Pimentel, Lorenzo González,  Martín Leonardo Funes, Ramón Quintero Roldán,  Manuel González, Carlos González Bogen, Francisco Yánes, Cruz Alvarez García, Pedro Barreto, Víctor Valera, Carlos Prada, Rafael Barrios, Cornelis Zitman, Ernesto Maragall, Gaudi Esté, Carmen Cecilia Caballero de Blanch, y otros artistas más, han enriquecido a ésta urbe con sus creaciones, de distintos estilos y contenido temático, pero casi todas ellas obviadas por la ciudadanía, no importa su calidad estética, no importa su monumentalidad, no importa su religiosidad, etc., pues la mayoría de las veces no son vistas y valoradas por la colectividad. Se hace necesario entonces, desmodorrar el espíritu del ciudadano del común. Tarea no fácil, pues implica desmodorrar, también, el espíritu de los burócratas de las instituciones culturales del Estado, que no sólo no saben mantener en buenas condiciones el patrimonio artístico nacional, sino que desafortunadamente erigen un mamotreto en un lugar de relevancia histórica, como un atentado contra la sensatez y el buen gusto.

Angel Cabré y Magriñá, relieve en homenaje
a los padres y la esposa del Libertador.
Museo Sacro.

    En 1967 Aquiles Nazoa dijo lo siguiente  en su libro Caracas Física y Espiritual: “Los últimos sobrevivientes de la caraqueñidad tradicional seguimos firmes en nuestra fe de que, pasada la convulsión demográfica actual, nuestra ciudad se salvará para aquella conjunción de “existencia completa”, o sea, de bienestar  y belleza en que se define el ideal aristotélico de la vida civil”. Cuarenta y cuatro años después, no se ha podido cumplir aquella aspiración optimista del poeta…
    Es urgente, entonces, utilizar los medios de comunicación, las instituciones dedicadas a la enseñanza, la dirigencia del país, para crear una conciencia colectiva que le haga saber al hombre y la mujer del común, que todas esas obras de arte, que todas esas arquitecturas de importancia histórica, religiosa y militar, son de su pertenencia, como también son de su pertenencia los recuerdos, los sonidos, los olores, la agitación, los colores y la luz de ésta ciudad.

FOTOS ANEXAS

Mamotreto, colocado al lado del
Reloj de Sol de la Plaza San Jacinto

Alejandro Colina. El Indio Tiuna, Av Roosvelt

Lorenzo González - Antonio Pérez Bonalde.
Plaza Pérez Bonalde. Catia

Dáez Polón - Busto del Mariscal Francisco
Solano López. Av. Francisco Solano López,
Chacaíto.

Pedro Barreto - Variación del Círculo. Parque Miranda


Dr. José Manuel Núñez Ponte.
Plaza La Candelaria

Renzo Bianchini. Relieve, “con televisor incorporado”
en el Edificio del antiguo Teatro Ayacucho

Arcángel, sin un brazo y sin alas.
Plaza Madariaga, El Paraíso
 
Beatriz Blanco. Obreros. Av Vollmer, frente a
CORPOELEC, San Bernardino
 
Francisco Narváez. Estela.
Boulevard Raúl Leoni, El Cafetal

Alejandro Otero. Abra Solar. Centro de Arte la Estancia.
Altamira.

Alexis Mujica. La Puerta.
Galería de Arte Nacional.

Alexis Mujica. Monseñor Ibarra.
Museo Sacro.

Alfonzo Linares Mendoza. Homenaje a los
Bomberos. Plaza del cuerpo de bomberos,
El Cafetal.

Andrés Pérez Mujica. Estatua Ecuestre de José Antonio Páez.
Plaza de la República. El Paraíso.

Angel Cabré y Magriñá. Altorrelieve en honor a
José María España. Fachada de la Casa Amarilla.

Autor anónimo. Cristo de Antímano.
Frente a la iglesia de Antímano.


Antonio José Fernández (El hombre del Anillo). La Pareja. 
Museo de Arte Popular de Petare, Bárbaro Rivas.

Autor anónimo, Ecuador. Bolívar a Caballo,
Talla policromada en madera con piezas de
metal 1823. Sala Bolivariana,
Museo John Boulton.

Mascarilla mortuoria, en yeso, de Juan Vicente Gómez, 1935.
Museo John Boulton.

Biaggio Campanella - Mascarilla de bronce de
Juan Vicente Gómez, 1986. La mascarilla
original, en yeso, de 1935 es de autor anónimo.
Museo John Boulton.

Carlos Prada. Entre el grito y el silencio,
Puente Llaguno, Av. Urdaneta.

Charles H. Cordier. Juan Manuel Cagigal.
Palacio de las Academias.

Cornelis Zitman. Muchacho con perro.
Galería de Arte Nacional.

Cruz Alvarez García. Cervantes.
Paseo El Calvario.

Doménico Casasanta. Estructura Lunar,
Museo de Bellas Artes.

Detalles del largo mural en relieve del Liceo Fermín Toro.

Detalles del largo mural en relieve del Liceo Fermín Toro.

Eloy Palacios. La India (Monumento a Carabobo)
Redoma de La Vega.

Emilio Gariboldi. El 19 de abril de 1810, altorrelieve
colocado en la fachada de la Catedral de Caracas.

Ernesto Maragall. Los Símbolos,
Av. Los Próceres.

Ernesto Maragall. Mujer en reposo,
Museo de Bellas Artes.

Francisco Narváez. Estatua ecuestre de Rafael Urdaneta.
Plaza La Candelaria.

Francisco Narváez. La Educación.
Colocado en la fachada de la escuela
Francisco Pimentel. Esquina de Mamey.

Francisco Yánez. Cristo del Sagrado Corazón.
Redoma de Petare.

G. Paganucci. Juan Manuel Cajigal.
Colegio de Ingenieros.

Gaudí Esté. Centaura Justina. Museo Ambiental,
Parque Los Caobos.

Giovanni Turini. Rafael María Baralt,
Av. Baralt.

Hugo Daini. Busto de Francisco Pimentel.
Escuela Francisco Pimentel, esquina de Mamey.

Imagen religiosa perteneciente a la
colección del Museo Sacro.

J. Jaen. Juan Pablo Rojas Paul.
Palacio de las Academias.

J. Jaen. Pedro Pablo Barnola.
Palacio de las Academias.

J. Olaguibel. José María Morelos. Av. México.

Jorge Segui. Ciclista Reposante. Jardín Norte del Museo
de Arte Contemporáneo de Caracas.

José Luis Blanes. José Artigas.
Final Av. San Martin.

Joseph A. Bailly. Mano perteneciente a la estatua
de Guzmán Blanco, llamada El Manganzón.
Museo John Boulton.

Joseph A. Bailly. Torso de Antonio Guzmán Blanco
(El Saludante). Museo John Boulton.

Joseph Bailly. Cabeza del Manganzón.
Galería de Arte Nacional.
 
Julio Cesar Briceño. Carlos Giménez. Sala Rajatabla,
Los Caobos.

Julio Maragall. Bolívar Cívico. Av. Bolívar.

Kenneth Armitage. La Selva. Entrada norte
del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Lorenzo González. Eva después del Pecado.
Museo de Bellas Artes.

Lym Chadwick. Jubileo. Jardín Norte del
Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Marisol Escobar. Homenaje a Juan Pedro López.
Plaza Juan Pedro López del Banco Central de
Venezuela.

Perro de bronce colocado a la entrada del Museo de
Ciencias Naturales.

Pietro Ceccarelli. Las Tres Gracias,
Los Chaguaramos.

Ramón Quintero Roldán. Busto de
Arturo Michelena. Museo Arturo Michelena.

Relieve colocado en la fachada de la iglesia Las Siervas del
Santísimo Sacramento. Templo situado en la
parroquia Santa Teresa.

Relieve y pequeño busto de Bolívar. Templo Masónico.
Esquina de Maturín.

San Charbel. Iglesia Maronita,
Boulevard Amador Bendayan.

Relieves en la fachada del antiguo cine Continental,
entre las esquinas de La Bolsa y Padre Sierra.

Relieves en la fachada del antiguo cine Continental,
entre las esquinas de La Bolsa y Padre Sierra.

Santiago Poletto. Cecilio Acosta.
Palacio de las Academias.

Sergio Rodríguez. Francisco de Miranda.
Templo Masónico, esquina de Maturín.

Sydia Reyes. El Doblez. Parque Los Caobos.

Talla en un tronco seco, realizado por un
artista popular no identificado. La Florida.

Teresa Cabello, Marianela Ruiz. Monumento al
Niño y a la Niña de Venezuela.
Parque Cristal. Av. Francisco de Miranda.

Teresa Casanova. Estructura en 3 partes. Chacaíto.

V. Carrero Giuseppe Garibaldi.
Plaza Italia. Av. San Martin.

Víctor Valera. Ziporah.
Galería de Arte Nacional.

Victorio Macho. Monumento a los padres y la esposa
del Libertador. Iglesia Catedral de Caracas.

Vital Dubray. José María Vargas.
Palacio de las Academias.

W. R. O'Donovan. Jorge Washington.
Plaza Washington, Av. Páez. El Paraíso.

Alejandro Colina. Indio Chacao.
Av. Francisco de Miranda, Chacao.

Máscara del joven Faraón. Esta casa fue construida en 1927,
bajo la influencia de la moda Tutankamen, por el Dr.
Ascanio Rodríguez. Hoy funciona allí un hotel situado muy
cerca de la CTV, Urb. Los Caobos.

A. Carrier-Belleuse. José Gregorio
Monagas. Colinas de Vista Alegre.

A. Carrier-Belleuse - José
Tadeo Monagas. Colinas de
Vista Alegre.

Abel Vallmitjana. Monumento en 
honor a Andrés Eloy Blanco. Plaza
Andrés Eloy Blanco.

Adamo Tadolini. Estatua ecuestre del Libertador
Simón Bolívar. Plaza Bolívar.

Alejandro Colina. Indio Caricuao.
Caricuao Urb. Ruiz Pineda.

Alejandro Colina. María Lionza.
Autopista Francisco Fajardo.

Alexander Calder. La Ciudad. Museo de Bellas Artes.

Alicia Penalba. Homenaje a César Vallejo.
Museo de Bellas Artes.

Angel Cabré y Magriñá. Leones del puente de los Leones.
Av. La Paz El Paraíso.

Arturo Rus. Luis Tovar. Calle Real de
Quebrada Honda, Urb. Los Caobos.

Autor anónimo. Antonio Guzmán Blanco.
Templo Masónico. Esquina de Maturín.

Autor anónimo. Busto del ingeniero Jose
González Lander, entrada a la estación del
metro de La Hoyada.

Autor anónimo. Diego Bautista Urbaneja.
Templo Masónico.

Autor anónimo. Francisco de Miranda.
Templo Masónico. Esquina de Maturín.

Autor anónimo. General Joaquín Crespo.
Busto colocado a la entrada del mercado
de Quinta Crespo.

Autor anónimo. Miguel Eminescu, Poeta
Rumano 1850-1889. Figura Nacional de su País.
Biblioteca Nacional.

Autor anónimo. Pila funeraria donde estaban los
restos del Gral. José González. Panteón Nacional.

Autor sin identificación. Andrés Bello.
Liceo Andrés Bello.

Baltazar Lobo. Escultura. Jardín Norte del
Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Beatriz Blanco. Francisco de Miranda.
Centro de Arte la Estancia. Altamira.

Carlos Medina. Columna para Ostenda.
Museo de Bellas Artes.

Carlos Medina. Estructura Móvil. Estación del metro
Caricuao.

Chicharro Gamo. Aspecto del Sarcófago que
contiene los restos del Libertador, y al fondo
monumento al Libertador realizado por Pietro
Tenerani. Panteón Nacional.

Colette Delozanne. Conjunto Escultórico.
Museo de Bellas Artes.

Cornelis Zitman. Mujer en Hamaca. Galería de Arte Nacional.

Cruz Alvarez García. Cristo Yacente. Plaza Andrés Eloy Blanco.

Dr. Pablo Acosta Ortiz. Hospital José María Vargas.

E. Prati. José Enrique Rodo. Plaza José Enrique Rodo,
San Bernardino.

Efebo de Marathon. (Donado por la República
de Grecia, al Concejo Municipal de la ciudad
de Caracas). Parque Los Caobos.

Elda Navarrete. A los Niños con  Amor. Hospital de Niños,
Av. Vollmer, San Bernardino.

Eloy Palacios. Arístides Rojas.
Museo John Boulton.

Eloy Palacios. Jesús Muñoz Tébar.
Colegio de Ingenieros.

Eloy Palacios. José María Vargas.
Hospital José María Vargas.
Parroquia San José.

Emilio Gariboldi. Escultura en el
Arco de la Federación. El Calvario.

Ernesto Maragall. Bolívar.
Av. Los Próceres.

Ernesto Maragall. Figuras de la Fuente Venezuela.
Parque Los Caobos.

Ernesto Maragall. Los Precursores. Paseo Los Próceres.

Fernando Valero. Adolfo Ernst.
Colegio de Ingenieros.

Foong Ensamblaje. Entrada al hotel Lincoln Suites.
Av. Solano López.

Francisco Narváez. Conjunto escultórico. Parque Carabobo.

Francisco Narváez. Café.
Liceo Andrés Bello.

Francisco Narváez. Estatua pedestre
de Fermín Toro. Patio del Liceo
Fermín Toro. El Silencio.

Francisco Narváez. Fuente Las Toninas. El Silencio.

Francisco Narváez. La Unión es la Fuerza.
Antigua entrada del Colegio de Ingenieros.

Francisco Narváez. Perla.
Liceo Fermín Toro.

Fuente del patio central del Palacio Federal.

G. Chiaramonte. Imagen donada por la colonia italiana a
Venezuela en 1912. Plaza Italia al fondo la iglesia Palo Grande.
Av. San Martín.

G. Vignali. Monumento al General
José de San Martín. Plaza San Martín.

Gabriela Mistral. Plaza El Samán de la Trinidad.
Zona patrimonial del Foro Libertador,
Boulevard Panteón.

Gianmarino Grassi. Encuentro Magenta. Obra frente a la
Procuraduría General de la República, Av. Los Próceres.

Gonzalo Fonseca. Péndulo Museo de Bellas Artes.

Guido Morales. La Sayona del Avila.
Torre Europa, Av. Francisco de Miranda.

Homenaje a Guaicaipuro. Panteón Nacional.

Hugo Daini. Agustín Codazzi.
Colegio Agustín Codazzi,
La Florida.

Ignacio Mejías. La Familia. Jardín de Las
Esculturas, Colegio de Ingenieros de Venezuela.

Imagen religiosa en la fachada de la iglesia
La Chiquinquirá. Av. Andrés Bello.

Imagen religiosa en la fachada de la iglesia
San Francisco.

Imagen religiosa ubicada en el exterior
del Colegio San José de Tárbes en
El Paraíso.

J. Olaguibel. Benito Juárez.
Av. México.

Jacques Lipchitz. El Sacrificio.
Museo de Bellas Artes.

Jean Arp. Escultura. Universidad Central
de Venezuela.

Jean Jules Frere. Juan Crisóstomo Falcón.
Plaza de las Mercedes.

Jesús Soto. Obra en la Plaza Brión de Chacaíto.

José Martí. Entrada al Country Club.
Chacaíto.

José Pizzo. Rómulo Gallegos. Centro de Estudios
Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Altamira.

Juan Mathisson. La Otra Mejilla. Parque Los Caobos.

Julio César Briceño. Pandora. Jardín del Museo de
Arte Contemporáneo de Caracas.

Julio Maragall. La Familia.
Av. Solano López.

Lorenzo González. Relieves a la entrada de la Biblioteca 
Simón Rodríguez.

Lorenzo González. La Tempestad.
Museo de Bellas Artes.

Marisol Escobar. Conjunto en homenaje a Carlos Gardel.
Estación del metro Caño Amarillo.

Martin Leonardo Funes. Vicente Emilio
Sojo. Teatro Teresa Carreño.

Martínez. Gral. Lázaro Cárdenas.
Av. México.

Miguel Arguinzones. Icaro. Parque Los Caobos.

Nicanor Plaza. Andrés Bello. Plaza Venezuela.

Pablo Neruda. Plaza El Samán de la Trinidad.
Zona patrimonial del Foro Libertador,
Boulevard Panteón.

Paúl del Río. Monumento a La Paz. Av. Libertador,
cerca de PDVSA.

Pedro Basalo. Teresa Carreño.
Teatro Teresa Carreño.

Pietro Ceccarelli. Miguel José Sanz.
Colegio de Abogados, Av. Páez.
El Paraíso.

Plaza Amador Bendayan.

Rafael Barrios. Sin título. Jardín norte del Museo
de Arte Contemporáneo de Caracas.

Rudy Daini. Relieve en piedra artificial. Parque Carabobo.

Silvestre Chacón. Armando Reverón. Asociación
Venezolana de Artistas Plásticos,
calle Armando Reverón, La Campiña.

Sin datos del autor. Francisco de Miranda.
Los Dos Caminos.

Sin datos del autor. Relieve en la fachada del Liceo
Andrés Bello. Av. México.

Sin datos del autor. Simón Bolívar. Relieve policromado.
Templo Masónico.

Valerie Brathwaite. Vegetales Danzantes. La Hoyada.

Valmore Carrero. Dr. Luis María Drago.
Entre las esquinas de Conde a Principal.

Victorio Macho. Estatua ecuestre del Libertador.
Museo Bolivariano.

Autor anónimo. Madre IPSFA. Entrada a los
almacenes militares en la Av. Los Próceres.

Lorenzo González. Pedro Camejo
(Negro Primero). Parque Carabobo.

Silvestre Chacón. Alí Rafael Primera Rosell.
Plaza Alí Primera. Parroquia Santa Teresa.

Angel Cabré y Magriñá, La Comedia. Teatro Nacional.
Parroquia Santa Teresa.

Angel Cabré y Magriñá, La Tragedia. Teatro Nacional.
Parroquia Santa Teresa.

Vital Dubray. Francisco de Miranda.
Plaza Miranda. El Silencio.

Autor anónimo. Cristo en El Calvario.
Frente a la iglesia El Calvario, Petare.

Imagen religiosa. Hospital Vargas.

José Martí. Plaza José Martí.
Parroquia Altagracia.

Autor anónimo. Emir Abdelkader (1808-1883).
Valiente luchador en contra del colonialismo
francés. Plaza del Foro Libertador.

Carmen Jiménez. Lorenzo Mendoza Quintero.
Casa de la Historia de Venezuela de la
Fundación Polar.

Ignacio Mejías y Henry Rivas. Omar Khayyam.
Plaza del Foro Libertador.

Doménico Silvestre. La Rosa Roja de Paita.
Ubicada en la parte norte del Mausoleo
del Libertador.

Material gráfico del autor.
                                                                         * * * * * * * *

IMPORTANTE AVISO 

El escultor Víctor Delfín
(foto flickr.com)

    Se encuentran extraviadas 4 obras del escultor peruano Víctor Delfín. Fueron hurtadas de la casa del pintor Napoleón Pisani Pardi, ubicada en la urbanización Santa Inés del municipio Baruta. Se alerta a los coleccionistas particulares de arte, a los galeristas, o a cualquier institución cultural, ya sea oficial o privada sobre el particular, y no adquirir alguna de estas obras que representan figuras de aves mitológicas, realizadas con diferentes piezas de hierro.

    Estas esculturas fueron adquiridas por Napoleón Pisani Pardi en la Galería “Néstor Chacín” en 1974, que estaba ubicada en la calle Madrid de las Mercedes, en Caracas.

                                                                             * * * * * * * 

Caracas, la Sultana del Ávila  (foto:escritoresdeasturias.es)